El cáncer de garganta, también conocido como cáncer de laringe o de faringe, es un tipo de carcinoma que afecta los tejidos de la garganta, incluyendo la laringe, la faringe y la cavidad oral. Afecta principalmente a personas mayores de 50 años y está fuertemente asociado al consumo de tabaco y alcohol. Causa problemas en el habla y la deglución y es una lucha a la que se enfrentan miles de personas.
En Clínica Uner estamos comprometidos con las personas que padecen enfermedades que comprometen sus funciones básicas y en este artículo te contamos todo lo que necesitas saber acerca de esta enfermedad.
¿Qué es el cáncer de garganta?
El cáncer de garganta es una enfermedad en la que células anormales crecen de manera descontrolada en los tejidos de la garganta. Estas células pueden formar tumores en la laringe, la faringe o la cavidad oral, lo que puede dificultar la respiración, la deglución y la fonación. Esta condición puede ser de diferentes tipos, dependiendo de qué parte de la garganta esté afectada y qué tipo de células están involucradas.
Síntomas del cáncer de garganta
Los síntomas del cáncer de garganta pueden variar en función de la ubicación exacta y la etapa en la que se encuentra su avance.
Los principales son:
- Dolor de garganta persistente y que no mejora con el tiempo
- Dificultad para tragar, especialmente alimentos sólidos
- Cambios en la voz como ronquera o voz rasposa
- Tos persistente que no desaparece
- Sensación de un bulto en la garganta que no desaparece
- Pérdida de peso inexplicable
- Sangrado en la garganta o la boca
- Dolor de oído persistente
- Ganglios linfáticos inflamados en el cuello
- Fatiga crónica o debilidad generalizada
Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden ser causados por otras condiciones médicas, pero si persisten o empeoran, es conveniente buscar atención médica para un diagnóstico adecuado.
Diagnóstico del cáncer de garganta
El diagnóstico del cáncer de garganta comienza con una evaluación exhaustiva por parte de un otorrinolaringólogo. Las pruebas más comunes para determinar la existencia de la enfermedad son los siguientes:
- Historial médico y examen físico: el médico revisará el historial médico del paciente y realizará un examen físico para evaluar cualquier síntoma y buscar signos de la existencia de un tumor.
- Endoscopia: se puede utilizar una endoscopia para visualizar el interior de la garganta y tomar muestras de tejido para su análisis
- Biopsia: se toma una muestra de tejido durante la endoscopia o mediante una cirugía menor para analizarla en el laboratorio y confirmar la presencia de células cancerosas.
- Pruebas de imagen: se pueden realizar pruebas de imagen como tomografías computarizadas, resonancias magnéticas o ecografías para determinar la ubicación y la extensión del tumor.
- Análisis de sangre: los análisis de sangre pueden ayudar a detectar biomarcadores asociados con el cáncer y evaluar la función de los órganos.
Tratamientos disponibles para el cáncer de garganta
El objetivo primordial del tratamiento es erradicar por completo el cáncer y prevenir su propagación a otras áreas del cuerpo.
En casos de tumores pequeños, la cirugía o la radioterapia por sí solas pueden ser suficientes para eliminar la enfermedad. Cuando el tumor es más extenso o ha afectado los ganglios linfáticos del cuello, generalmente se emplea una combinación de radioterapia y quimioterapia para preservar la función de la laringe (las cuerdas vocales). En situaciones donde esto no es viable, se puede realizar una laringectomía, que implica la extirpación completa de la laringe.
Además de estos tratamientos principales, pueden ser necesarios cuidados de apoyo que incluyan:
- Terapia del habla para recuperar la capacidad de comunicación.
- Terapia para mejorar la masticación y la deglución.
- Ajustes en la dieta para garantizar un adecuado aporte de nutrientes y calorías, lo cual puede incluir el uso de suplementos líquidos.
- Manejo de la sequedad bucal, un efecto secundario común de algunos tratamientos.
- Participación en grupos de apoyo, donde se puede compartir experiencias y recibir apoyo emocional de personas que están pasando por situaciones similares.
Estos recursos pueden ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad asociados con la enfermedad, proporcionando un espacio seguro para compartir y recibir orientación.
Expectativas y esperanza de vida
El cáncer de garganta se puede curar si se detecta en etapas tempranas. En casos donde el cáncer no se ha propagado a los tejidos circundantes o a los ganglios linfáticos en el cuello, aproximadamente la mitad de los pacientes pueden curarse. Sin embargo, si la enfermedad se ha diseminado a los ganglios linfáticos y otras áreas fuera de la cabeza y el cuello, la situación es menos favorable y el cáncer se considera incurable. A pesar de esto, el tratamiento está diseñado para prolongar la vida y mejorar su calidad.
Existe evidencia que sugiere que los cánceres que son positivos para el virus del papiloma humano pueden tener un mejor pronóstico, aunque esta teoría aún no ha sido completamente probada. Además, aquellos que han fumado por menos de 10 años pueden presentar mejores resultados.
Es importante acudir a terapia una vez finalizado el tratamiento
Después del tratamiento, es necesario recibir terapia para recuperar habilidades como el habla y la deglución. En casos donde la deglución está comprometida, puede ser necesario recurrir a la alimentación a través de una sonda.
El riesgo de recaída es más alto durante los primeros 2 o 3 años después del diagnóstico. Por ello, el seguimiento médico constante es vital para aumentar las posibilidades de supervivencia.
Entre las posibles complicaciones asociadas a este tipo de cáncer se encuentran la obstrucción de las vías respiratorias, dificultades para tragar, deformidades en la cara o el cuello, endurecimiento de la piel en la zona del cuello, pérdida de la voz y capacidad de hablar, y la diseminación del cáncer a otras partes del cuerpo (metástasis).
Prevención y factores de riesgo del cáncer de garganta
La prevención del cáncer de garganta implica evitar o reducir la exposición a los factores de riesgo conocidos, como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. Además, practicar una buena higiene oral y recibir vacunas contra el VPH puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Es importante realizar revisiones médicas periódicas y mantener un estilo de vida saludable para proteger la salud de la garganta y prevenir el cáncer.
