Un año más llega el momento de despedir la Navidad, una época de especial intensidad en Clínica Uner. Sabemos que las enfermedades no descansan, por este motivo, la clínica permanece abierta en este periodo. Somos conscientes de las fechas tan importantes en las que nos encontramos, y año tras año, intentamos que la Navidad sea el hilo conductor, que nos permita trabajar diversos objetivos terapéuticos desde una perspectiva más creativa y divertida.
La Navidad, el momento de conectar con las personas.
Una lesión cerebral genera en el paciente y en su entorno una situación general muy dura. En momentos tan señalados como la Navidad, las limitaciones a las que se enfrentan día a día pueden hacerse mucho más presentes y el efecto psicológico de estas, puede convertir unas fechas de alegría, en un momento especialmente crítico. Comer turrón y gambas hasta sentirse lleno, brindar, mantener una conversación en familia, ayudar a poner la mesa o acostarse tarde puede que ya no sean posibles. Por esta razón ponemos todo nuestro esfuerzo en conseguir, que tanto los pacientes como sus familias, vivan la Navidad olvidándose de todo aquello que no puede hacer.
A través de diferentes actividades y recursos, en buscamos que se sientan parte de la Navidad y no meros espectadores. Queremos devolverles la ilusión y su derecho a la felicidad indagando en los motivadores de cada paciente para trabajar sobre ellos.
En estas fechas creamos un ambiente navideño generando un contexto ameno, familiar y divertido de una forma muy especial, este año hemos recurrido a los disfraces, cada día los pacientes encontraron la clínica disfrazada con temática navideña. Este simple gesto, ha provocado sonrisas y momentos inolvidables entre familias, pacientes, terapeutas, personal de ambulancias…
Detrás de todo este montaje se esconde un gran disparador conceptual sobre el que trabajar el resto de la jornada y conseguir grandes resultados.
La felicidad, el vehículo para mejorar los resultados terapéuticos
Estrategias basadas en la risa y las relaciones personales nos permiten activar las endorfinas, aquellos neurotransmisores que se encargan de hacernos sentir bienestar, alegría e incluso euforia. Además, un ambiente relajado e inesperado permite integrar intervenciones que en otros contextos, sería mucho más difícil trabajar.
Desde las diferentes áreas de la rehabilitación se han trabajado objetivos terapéuticos de forma coordinada con grandes resultados.
Personas con problemas de memoria han sido capaces de recordar, cada uno de los disfraces que ha ido viendo a lo largo de las dos semanas de terapia navideña. Se han trabajado objetivos como respetar el turno para poder fotografiarse con los diferentes disfraces, o la escritura a través de la carta a los Reyes Magos. Pacientes cuyo deseo era poder ser partícipe de las fiestas, han cocinado recetas típicas navideñas que han podido llevar a sus celebraciones familiares. La comunicación y el ambiente en la sala de espera han mejorado, algo que perdurará en el tiempo al generarse lazos entre familias que pueden servir de apoyo durante el resto del año.
De corazón, utilizando siempre el cerebro.
Trabajamos por una rehabilitación centrada en las personas. Nuestro objetivo fundamental es mejorar día a día la autonomía de todos nuestros pacientes y alcanzar, siempre que sea posible, sus propios objetivos vitales. Así, un año más, seguiremos poniendo todo nuestro esfuerzo, conocimiento y estrategias terapéuticas al servicio de su mejoría.
En Clínica Uner, hasta la diversión, tiene un porqué.
Feliz año nuevo.