Traumatismo craneoencefálico desde el área de neuropsicología

En el traumatismo craneoencefálico debemos de tener en cuenta algunas características:

-La lesión puede ser focal, en este caso puede haber contusión por el golpe y por contragolpe, y lesiones difusas, es muy frecuente que surjan lesiones de ambos tipos.

-Se clasifican en leves, moderados o graves, a nivel general, en función del tiempo en el que ha habido pérdida de conciencia, en los leves suelen ser unos minutos o incluso no llegar a tener pérdida de conocimiento.

Dichas características y la extensión de las lesiones harán que las secuelas sean variadas, aunque hay un perfil que puede predominar en cuanto a la capacidad de velocidad de procesamiento, funciones ejecutivas y memoria.

Desde el área de neuropsicología lo más característico de un traumatismo craneoencefálico es el enlentecimiento en la velocidad con la que procesa o evoca una respuesta. 

Por ello, el primer paso que es la valoración de las funciones cerebrales suele caracterizarse por ser un proceso largo ya que el paciente es capaz de realizar bien algunas de las actividades que se le presentan, aunque el tiempo que invierte en ellas es muy superior al esperado. 

La velocidad de procesamiento es una función cognitiva básica por lo que al verse afectada gravemente genera fallos en otras funciones tales como atención y memoria. Si el paciente se encuentra enlentecido no procesará adecuadamente los estímulos que le rodean, no recordará por tanto lo que ha visto y no podrá llevar a cabo funciones más complejas como planificar y organizar una actividad conocida o novedosa. 

Otro aspecto al que se le debe prestar atención es a la conducta, suelen ser personas agresivas física o verbalmente, repetitivas o perseverantes, desinhibidas, muestran falsos recuerdos o confabulaciones, impulsivas, no son conscientes de sus dificultades y tienen cambios repentinos de humor. 

Todo ello influye en la adherencia y colaboración en su proceso de rehabilitación, así como a su vida personal, familiar y social. Por tanto, debemos poner el foco en primer lugar en estas áreas, encontrar junto al paciente y su familia la motivación y objetivos a conseguir para lograr una correcta adherencia al tratamiento.

Durante el proceso de rehabilitación abordaremos el área conductual de tres formas: sesiones individuales tanto cognitivas como psicológicas, sesiones grupales y sesiones familiares. En todas ellas, el lesionado conocerá los objetivos que se pretenden conseguir, que puede hacer él para conseguirlos y cómo su logro afectará en su día a día. Haremos uso de actividades de lápiz y papel, manipulativas y en el ordenador, todo va a depender de los intereses de la persona afectada, ya que como hemos dicho antes es importante conseguir que colabore en el tratamiento y empiece a entender la importancia del mismo para su evolución.

En conclusión, cuando recibimos en sesión una persona con traumatismo sabemos que nuestra prioridad será el área conductual ya que suele ser la principal demanda que realiza la familia, así como el equipo multidisciplinar. Nos encontramos con un paciente con alteraciones conductuales que no entiende muchas de las actividades que tiene que realizar y por tanto su nivel de colaboración es escaso.  Desde neuropsicología debemos: 

  1. – Ganarnos la confianza del paciente, para ello, seremos transparentes y le explicaremos todas las veces que sean necesarias, cuál es el objetivo de la actividad y como le puede ayudar en su vida diaria.
  2. – Aumentar la paciencia del entorno, al inicio los cambios son rápidos, pero con el paso del tiempo aumentan tanto sus expectativas que pierden de vista la gran evolución que llevan sobre sus hombros. Debemos enseñarles a valorar pequeños cambios y apoyarles en el largo camino que todavía les queda. La familia es una gran aliada y su bienestar ayudará a mejorar la conducta del paciente.
  3. – Poco a poco y de forma progresiva iremos aumentando el nivel de conciencia sobre lo que le ha pasado y las secuelas que ha provocado y esto será la base que ayudará a que aumente su colaboración en todos los tratamientos. Siempre debe de tener un apoyo emocional ya que aumentar la conciencia generará inestabilidad emocional ya que de repente son conscientes de sus consecuencias.
  4. – Una vez estabilizada el área conductual abordaremos más en profundidad las secuelas cognitivas que ha desencadenado el TCE.

Autora: Arancha

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