Vienen las esperadas vacaciones, los niños descansan del cole, los adultos del trabajo, nos relajamos de las obligaciones y viene el momento de disfrutar de la familia. Estamos deseando que comiencen y cuando dan comienzo en muchos casos deseamos volver a la rutina:
¿Por qué? ¿por qué en muchos casos empeora la conducta de nuestros familiares? ¿Qué conductas podemos esperar? ¿y qué hago ante ellas?
Las vacaciones implican cambio de rutina, y estos cambios afectan tanto a adultos como a niños, a personas con lesión cerebral y a personas sin ellas. En esta breve explicación nos centraremos en por qué afecta a personas con lesión cerebral.
Una rutina se define como “un hábito o costumbre adquirida de hacer algo de una determinada manera, que no requiere tener que reflexionar o decidir.” Por tanto, es una huella creada en nuestra memoria en base a la repetición. Cada persona tiene sus propias rutinas y romperlas pone en marcha muchos procesos que en personas con lesión cerebral resultan muy complicados.
¿Qué implica una rutina a nivel cognitivo? Una rutina pone en marcha funciones básicas tales como memoria (debe de recordar las acciones que forman esa rutina), atención (debe dirigir su atención y mantenerla durante el tiempo que dura la acción e incluso en ocasiones realizar varias acciones de forma simultánea), velocidad (las obligaciones diarias conlleva que en ocasiones nos veamos marcados por el tiempo y por tanto, debemos de ejecutar rápido) y por supuesto funciones superiores ya que no olvidemos que la rutina se basa en una organización y planificación previa que se vuelve automática mediante los ensayos.
La rutina involucra muchas funciones cognitivas y por ello cuando rompemos esa rutina por la presencia de vacaciones las personas con lesión cerebral pueden sentirse:
- Pérdidas o desorientadas.
- Irritables o más alteradas de lo habitual.
- Persistentes o perseverantes en hacer lo que habitualmente hacen, aunque les digamos que no.
- Apáticas (como no saben lo que tienen que hacer quizás no hagan nada).
- Aumentan los olvidos ya que se realizan acciones fuera de lo habitual.
- La fatiga aumenta, debido al esfuerzo atencional que han de poner en las conversaciones y el bullicio que se genera en las reuniones familiares.
¿Qué podemos hacer para ayudarles? Algunos pequeños consejos:
- Programa diferentes actividades para hacer, hay tiempo para descansar y para hacer todo lo que nuestra agenda no nos permite en días cotidianos.
- Anticipa la noche anterior y luego por la mañana lo que va a suceder a lo largo de ese día. Repite esta información tantas veces como sea necesaria, sin enfadarte. Podemos anotarla en una pizarra si las dificultades de memoria lo requieren.
- Plasma los momentos vividos mediante fotos o aprovecha para hacer un diario de esas fiestas, como hemos dicho salir de la rutina implica en ocasiones un aumento de pérdidas de memoria y eso resulta muy frustrante para las personas con lesión cerebral. Vamos a ayudarles a recordar.
- Práctica a lo largo del año realizar cambios en la rutina para disminuir las alteraciones conductuales cuando se producen de forma obligada.
- Tratar de respetar sus horarios de descanso y comidas, para así no fomentar la aparición de malestar gastrointestinal y trastornos del sueño que favorezcan la desorientación.
- Evitar en la medida de lo posible trasladar al paciente de su residencia habitual.
- Durante las conversaciones, dirigirnos de uno en uno hacia nuestro familiar, e intentar no hablar todos a la vez, evitando que se genere mucho ruido de fondo que dificulta la escucha.
Autoras: Ana Jiménez Jiménez, Verónica Núñez Pérez, Vanesa Tamayo García – Neuropsicólogas Clínica Uner