Heminegligencia, ¿qué es y cómo afecta al día a día?

Entre los distintos déficits causados tras un daño cerebral encontramos la heminegligencia o síndrome de negligencia unilateral. La heminegligencia se define como la incapacidad o dificultad para detectar, atender o responder a estímulos presentados al lado opuesto de la lesión en ausencia de problemas sensoriales y perceptivos. Es decir, los pacientes que presentan este síndrome presentarán un déficit que afecta al conocimiento que tienen de su propio cuerpo y del espacio del lado opuesto a la lesión. En ocasiones se pueden llegar a comportar como si no existiera la mitad de su cuerpo.

Este síndrome normalmente está causado por un accidente cerebrovascular, por daños en el lóbulo parietal y, aunque se ven casos en el hemisferio izquierdo, las más comunes son las afectaciones en el hemisferio derecho (lóbulo parietal inferior derecho). A nivel motor, la afectación se verá reflejada en el lado contrario a la lesión, por lo que es más común encontrar afectaciones en el hemicuerpo izquierdo.

Tipos de heminegligencia

Podemos encontrar varios tipos de heminegligencia:

  • Heminegligencia sensorial: el paciente es incapaz de dirigirse o responder ante un estímulo representado en el lado contrario a la lesión cerebral. Esta heminegligencia se caracteriza por:
  1. Extinción sensorial: presentando un estímulo (visual, táctil o auditivo) en ambos lados, el paciente solo responderá ante él, de su lado menos afecto y no de su lado afecto.
  2. Heminegligencia espacial: la persona presenta dificultades para reconocer estímulos entre el cuerpo y objetos, presentando problemas en las actividades relacionadas con su propio cuerpo.
  3. Negligencia personal o hemiasomatognosia: la persona no reconoce parte de su cuerpo.
  • Heminegligencia motora: el paciente presenta una disminución del movimiento o no utilización del brazo afectado por la lesión, en los movimientos espontáneos y exploratorios. Puede confundirse con una hemiparesia (déficit motor).
  • Heminegligencia afectiva: la persona rechaza el lado más afecto o se comporta como si no le pasara nada, haciendo caso omiso de esta lado de su cuerpo.
  • Heminegligencia representatoria: el paciente no reconoce la mitad de una representación o imagen mental de una situación real.

Dificultades funcionales derivadas de la heminegligencia

Por todo ello, la heminegligencia está relacionada con mayores dificultades para la recuperación funcional.

Al no tener conciencia de su lado afecto, ni atender a los estímulos que llegan de ese lado, los pacientes presentan incapacidad o problemas para la realización de las actividades diarias.

Presentamos algunos de los ejemplos con los que nos podemos encontrar en diferentes actividades:

  1. Baño y ducha:no se enjabona ni se seca su lado afecto.
  2. Higiene personal: a la hora de peinarse, ponerse desodorante, afeitarse, maquillarse, cepillarse los dientes, lavado de la cara o ponerse crema corporal, no lo realiza en su lado afecto.
  3. Vestido: dificultad para orientar la prenda en relación al cuerpo. En ocasiones el paciente no viste su parte del cuerpo afecta.
  4. Alimentación: solo come una parte del plato, no encuentra utensilios o alimentos situados en el lado afectado. Se limpia solo un lado de la boca.
  5. Movilidad: al cruzar la calle no mira hacia el lado de la afectación, choca con todo lo que hay en ese lado, no esquiva los elementos que se encuentran en ese lado.
  6. Dormir: al acostarse en la cama, se tapa solo el lado que no tiene afectación.
  7. Cocina: al preparar una receta no la lee completamente, omitiendo parte de la misma. Al preparar recetas que ya conocen, no utiliza parte de los alimentos que están situados en el lado afecto.
  8. Control de la medicación: no se organiza bien, al preparar el pastillero deja la mitad de él sin las pastillas correspondientes.
  9. Compras: al no prestar atención a uno de los dos lados no se orienta, no es capaz de encontrar los productos en los pasillos.
  10. Manejo de tecnologías: al manejar el ordenador o el móvil hay un lado del dispositivo que la persona con heminegligencia omite, por lo que dejara de prestar atención a una parte, lo que implica no visualizar la mitad de la pantalla.

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Recomendaciones para la recuperación de pacientes con heminegligencia

Como hemos podido ver con estos ejemplos en diferentes situaciones cotidianas, los pacientes con heminegligencia presentan muchos problemas para su recuperación.

A continuación vamos a exponer varias actividades, estrategias y recomendaciones que los pacientes con estas limitaciones pueden realizar para mejorar su día a día.

  1. Baño y ducha: empezar siempre el enjabonado por su lado afecto. Revisar haberse enjabonado ambos lados. Dependiendo de la capacidad de aprendizaje de la persona, se le pueden ofrecer diferentes estrategias, como la imitación, indicaciones verbales o ayudas visuales (una imagen con todo el cuerpo y que vaya siguiendo una guía). Siempre manteniendo una rutina y realizando las mismas secuencias durante la actividad.
  2. Higiene personal: evitar colocar los materiales necesarios para cada actividad en su lado menos sano, y ponerlos en una altura media del tronco (su línea media), frente a ella. Día a día iremos colocando los objetos cada vez más en su lado afecto frente a ella, si llega un punto en que no ve el objeto, deberemos de volver a colocarlo un poco hacia atrás, más hacia su línea media del cuerpo. De esta forma la persona irá integrando este lado. Al igual que con la ducha, empezará a realizar las actividades siempre por su lado afecto.Ejemplo, cepillado de dientes: colocar la pasta de dientes y el cepillo en medio del lavabo. La persona empezará a realizar el cepillado por su lado afecto y terminará por su lado menos sano.También ir realizando un escaneo de su cuerpo para centrarse en realizar la higiene en ambos lados.
  3. Vestido: empezar a realizar el vestido siempre por el lado afecto, de tal forma que será más difícil no seguir la secuencia dejando sin vestir el lado que omite. Si tiene un espejo y puede ponerlo delante durante la ejecución de la actividad reforzará el aprendizaje del vestido. Si no es posible realizarlo delante de un espejo, cuando termine el vestido irá a verse en uno, para comprobar que ambos lados del cuerpo llevan las prendas colocadas.
  4. Alimentación: durante las comidas, colocaremos en su línea media del cuerpo todos los utensilios (cuchara, tenedor, vaso, jarra de agua…) y alimentos de la mesa que necesite, y progresivamente iremos dejándolas más hacia su lado afecto. De esta manera irá tomando conciencia de ese lado.
  5. Movilidad: cuando vayamos caminando con la persona, siempre que podamos, es recomendable ir en el lado que tiene afectación, de esta manera obligamos a que sea más consciente de esa parte del cuerpo.
  6. Dormir: al acostarse en la cama, revisar atentamente cómo está su cuerpo y ver si se ha tapado o no, ambos lados.
  7. Cocina: para la preparación de recetas nuevas, colocar una línea roja en el lado afecto. De esta manera tendrá una guía para poder fijarse en ese lado de la página. Al preparar las recetas, hemos de colocar los ingredientes en una zona media del cuerpo (línea media del paciente) y conforme vaya pasando el tiempo iremos colocándolas más hacia su lado afecto.
  8. Control de la medicación: para la preparación de la medicación es recomendado que lo realice con supervisión, por el riesgo que conlleva el control de la medicación.
  9. Compras: cuando vayamos con la persona, siempre que podamos, es recomendado ir en el lado que omite, así obligamos a que esté atento a su lado afecto.
  10. Manejo de tecnologías: colocar los dispositivos en la línea media del paciente, frente al paciente. Al igual que en el resto de actividades, de forma progresiva iremos colocándolos más hacia su lado afecto para que tome conciencia de él. También podemos colocar una pegatina llamativa en el lado del dispositivo que la persona omite.

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A parte de todas estas recomendaciones y estrategias que hemos indicado para las diferentes actividades cotidianas, sería recomendado seguir las siguientes sugerencias para el día a día del paciente:

  • Colocarse y hablar con la persona siempre en su lado afecto.
  • Ver videos con objetos que se muevan de un lado a otro, para fomentar el movimiento de los ojos para los dos lados.
  • Colocar en el brazo afecto algún objeto, como una pulsera o un reloj.

Para finalizar, recordar que para la recuperación de los pacientes con heminegligencia es recomendado asistir a sesiones de rehabilitación. Es necesario realizar sesiones para seguir un tratamiento multidisciplinar y poder aplicar técnicas específicas para este síndrome y tener una mejor recuperación funcional.

Escrito por: Milagros Rumbeu. Terapeuta ocupacional en Clínica Uner

 

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