ictus hemisferio derecho

Ictus hemisferio derecho

Definición de ictus

Un ictus puede presentar gran variedad de síntomas, porque va a depender de si es ictus hemorrágico (se rompe la vena y la sangre inunda el cerebro) o ictus oclusivo (un trombo impide que la sangre pueda continuar su viaje por las venas). El caso que vamos a comentar a lo largo de este mes es oclusivo y además de la parte derecha del cerebro. 

Ictus lado derecho

La parte derecha del cerebro es la encargada de procesar la información visual, de la orientación para saber dónde estamos y del control de nuestro lado del cuerpo izquierdo. 

Cuando nos falta el oxígeno, porque un trombo impide que la sangre pueda llevar el oxígeno al lugar del cerebro correspondiente, se produce una lesión que puede implicar:

  • Orientación temporal, al lugar e incluso personal
  • Atención a lo que sucede a su alrededor
  • Memoria visual
  • Afectación visual
  • Equilibrio
  • Movimiento del lado izquierdo del cuerpo, así como fuerte dolor en el hombro.
  • Problemas en comer
  • Tono de voz bajo
  • Falta de conciencia de lo que le ha pasado, solo conscientes de la parte física.
  • Conducta: obsesivo, maniático, mas sensible a las emociones, egoísta (consiguen dirigir toda la atención hacia ellos)

Secuelas Ictus lado derecho

Estas personas suelen ser más lentas en pensar y dar una respuesta, por eso la familia tenemos que ser pacientes, y saber esperar, antes de repetir muchas veces la misma pregunta. De lo contrario, podríamos observar que se enfadan. Debemos distinguir si el enfado es porque nosotros le hemos enfadado, por nuestra insistencia, impaciencia y control diario de su vida, o es una secuela de la lesión.

Algo que solemos olvidar muchas veces es que los síntomas de las personas con daño cerebral, no son síntomas extraños, no se les pone el pelo de color rosa chicle de golpe, no les sale otra cabeza…. Sino que lo que vamos a observar, son cosas que hacía antes, pero más agudizado, frecuente, más fácil de enfadar…

Una cosa que debemos tener en cuenta, es que la parte derecha de nuestro cerebro es conocida por la silenciosa, silenciosa porque la persona sigue hablando adecuadamente, nos sigue una conversación, nos habla de emociones y cosas lógicas, pero con cierto chantaje. Y es cuando solemos decir “para lo que te ha pasado te veo muy bien”, pero realmente no es tan así, ya que el día a día, es casi más difícil.

Ejemplo caso clínico

Varón de 57 años que sufre ICTUS ISQUÉMICO DE CARÓTIDA DERECHA. En el momento del ictus, sintió debilidad y mareo, cayendo al suelo y perdiendo toda la fuerza del brazo y pierna izquierda. Era fumador de un paquete al día, y bebía una cerveza al día. Sale del hospital en silla de ruedas por la gran dificultad en ponerse de pie, caminar, así como de mover la mano izquierda, ya que las tiene muy rígidas. Además, se marea bastante y tiene importantes dificultades para poder tragar, con lo que presenta disfagia. 

Tras la entrevista con el paciente se observa:

  • Cantidad de horas de sueño nocturno alterado
  • Mareos
  • Mala salud Visual
  • Necesidad de pañal nocturno
  • Dependiente para la alimentación 

Es una persona divorciada, que actualmente depende de otro familiar que pueda asistirle en sus necesidades. Vivía solo, pero en la actualidad tiene que vivir acompañado. Era una persona que le gustaba estar en su casa, pero realizaba mucha actividad física, como el gimnasio y andar. Era una persona que tenía su propio negocio, con lo que sus ingresos dependían exclusivamente de él. 

Para comenzar a hablar de la rehabilitación primero debemos identificar los déficits o problemas que se presentan como consecuencia de la afectación. 

El cerebro está formado por dos hemisferios o lados, el derecho y el izquierdo y  cada uno controla el lado opuesto del cuerpo. Además el lado derecho del cerebro controla el reconocimiento de objetos, el razonamiento espacial, la conciencia musical, la creatividad, las emociones y la imaginación, una lesión que afecte este lado del cerebro puede alterar cualquiera de estas funciones. 

Por lo tanto una persona con una lesión que afecte el lado derecho puede presentar: debilidad o parálisis en el lado izquierdo del cuerpo, a esto se le llama hemiplejía; dificultad para reconocer caras u objetos, condición conocida como prosopagnosia; dificultad para dibujar objetos, a esto lo conocemos como apraxia de construcción; problemas para ver la mitad de su campo visual, a esto se le denomina hemianopsia; negligencia o falta de reconocimiento del lado izquierdo del cuerpo y del entorno (negligencia unilateral); pueden presentar anosognosia, que es una falta de autoconciencia; puede experimentar ataques repentinos de risa o llanto y también pueden verse trastornos emocionales y de personalidad. 

Luego de una lesión cerebral, nuestro organismo intenta, de alguna forma, reparar el daño producido generando nuevas conexiones neuronales para tratar de suplir aquellas áreas lesionadas que ya no funcionan, a este fenómeno lo conocemos como neuroplasticidad. El proceso de plasticidad no se desarrolla por igual en todos los individuos, sino que existen factores que lo condicionan que pueden ser genéticos y no genéticos

Existe consenso en que la recuperación funcional global ocurre dentro de los primeros 6 meses desde la lesión cerebral. 

¿En qué momento se debe iniciar la rehabilitación?

La rehabilitación cumple un rol fundamental durante el período inmediato, y el abordaje temprano mejora el pronóstico y los resultados funcionales de estos pacientes, ya que favorece y se aprovecha de esos mecanismos de neuroplasticidad.

En el período agudo, la rehabilitación tiene dos objetivos fundamentales: la prevención, diagnóstico y tratamiento precoz de complicaciones y la estimación del pronóstico funcional. 

En el período subagudo rige como principio el “Obtener el máximo grado de funcionalidad posible al recuperar las capacidades perdidas”.

En el período crónico y de seguimiento el objetivo será mantener los logros funcionales obtenidos, con la finalidad de lograr una inclusión plena y participación efectiva en la sociedad. 

¿Qué profesionales participan en la rehabilitación? 

En este proceso son muchos los profesionales de la salud que estarán implicados en la evaluación y tratamiento del paciente, este abordaje holístico y transdisciplinario permite establecer un plan con objetivos funcionales de acuerdo a las necesidades de cada persona, con un enfoque en el paciente pero también en el grupo familiar. 

Dentro de estos profesionales se encuentran médicos rehabilitadores, neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas, fisioterapeutas, optometristas, personal auxiliar, entre otros, cada uno de los integrantes brinda una visión única pero integrada para definir ese plan de acción en pos de mejorar la funcionalidad y la calidad de vida de la persona con lesión cerebral y su familia. 

Ejemplo caso clínico

En base a nuestro caso planteado en la publicación anterior, del varón de 57 años que sufre ICTUS ISQUÉMICO DE CARÓTIDA DERECHA, se establece una lista de problemas, que son las secuelas funcionales del paciente, y en base a ello estipulamos el plan de rehabilitación. 

En esta publicación vamos a centrarnos en el tratamiento de la hemiplejía espástica izquierda. 

La falta de movilidad de un lado del cuerpo ocasiona problemas para andar, desplazarse y transferirse. 

Como objetivo de la re-educación de la marcha se plantean ciertos puntos a tratar: en primera instancia disminuir esa “rigidez o endurecimiento” de los músculos, que es lo que llamamos espasticidad, para lograr mejores rangos articulares, y así permitir más liberación del movimiento, conjuntamente se trabajan posturas correctas para evitar compensaciones y mayores complicaciones a futuro. 

Es importante tener en cuenta que se deben plantear objetivos y metas alcanzables y una vez logrado, buscar un objetivo mayor; por ejemplo, es necesario lograr un buen posicionamiento y movilidad adecuada, antes de entrenar el patrón de marcha, ya que de esta forma se reducirán las posturas “viciosas” o “nocivas” con compensaciones que a futuro pueden complicar la autonomía de esa persona. 

Puntos a los que la especialidad debe prestar atención

 

A la hora de trabajar desde fisioterapia con un paciente neurológico, realizamos como punto de partida una exploración motora para determinar en qué situación se encuentran las capacidades físicas de la persona, así como las secuelas neurológicas que pueden aparecer en el hemicuerpo izquierdo tras una ACV. 

Estas limitaciones pueden conllevar también a la aparición de alteraciones propioceptivas donde la sensibilidad se encuentra alterada, afectando de esa manera a las funciones globales.

Nuestra exploración está basada en: 

  1. Verificar las alineaciones de las estructuras corporales (articulaciones) como, por ejemplo, en el hombro donde podemos encontrar con frecuencia una subluxación de la articulación glenohumeral a consecuencia de una hipotonía (tono bajo) del miembro superior y de la cintura escapular. Se observa que está “caído” provocando lo que se conoce como signo del hachazo. Podemos observar como la articulación del hombro no está junta y el espacio entre el acromion y el húmero tiene más o menos la distancia de un dedo.
  2. Balance muscular. Comprobar la fuerza del hemicuerpo afecto mediante escalas estandarizadas y/o comparando desde el lado sano. 
  3. La valoración respiratoria es una de las bases del proceso, debido a que una correcta ventilación hace que el resto de estructuras funcionen y si ésta es deficiente provoca que el cuerpo se sobre esfuerce, causando alteraciones en el resto de funciones.
  4. Realizar pruebas de sensibilidad para diferenciar si hay alteraciones en unos receptores u otros. Por ejemplo, tenemos receptores para la sensibilidad superficial (notar un algodón por la piel), profunda (un apretón), nociceptiva (un pinchazo), artrocinética (saber cómo tengo colocado mi brazo o pierna sin necesidad de verlo) y estereognosia (reconocer un objeto solo con tocarlo). En los casos en los que existe una alteración más marcada de la sensibilidad global del hemicuerpo afectado se dice que el paciente tiene una hemiparesia, en este caso del hemicuerpo izquierdo. Esta alteración de la sensibilidad y la propiocepción hacen que el paciente en algunos casos “olvide” esa parte del cuerpo, existiendo una heminegligencia (no se percibe nada por ese lado, por lo que tampoco hay movimiento activo). 
  5. Evaluar si existen alteraciones en la coordinación. Realizamos varios tipos de tareas de coordinación. Por ejemplo, óculo-manuales (lanzar un balón), óculo-pédicas (chutar) o viso-espaciales (recepcionar un balón desde varios ángulos de tiro).
  6. Valoramos la función de los pares craneales. Son los nervios que salen de la parte inferior del encéfalo emergiendo como doce pares de nervios, que pasan a través de los orificios del cráneo y se dirigen a diferentes partes de la cabeza, el cuello y el tronco.
  7. Comprobamos el estado de la masa muscular mediante mediciones (midiendo los perímetros de cada una de las partes del cuerpo, y comparándolas con el lado sano), y los rangos articulares (con los cuales podemos seguir la misma premisa: medir cada articulación con un goniómetro o se comparar con el otro lado).
  8. Otro de los aspectos que tenemos muy en cuenta y es muy importante son las transferencias y los cambios de posición. Nos informan cuál es el grado de autonomía del paciente. Esta parte se combina con la valoración del equilibrio tanto estático (cómo estamos en una posición) como dinámico (como realizamos un movimiento) para comprobar las reacciones de equilibrio (capacidad que tenemos para no caernos o saber reaccionar ante un movimiento). 
  9. Valoración de la marcha. Para finalizar con la exploración, vemos si el paciente es capaz de dar unos pasos. Se realiza en los casos en los que se ha encontrado una estática adecuada para poder mantener la posición y el movimiento es efectivo, sino no se realiza.

Qué nos encontramos en una sesión con esta patología.

Uno de los pilares a la hora de centrar el tratamiento es la percepción que tiene el paciente de su lado afecto, en este caso el hemicuerpo izquierdo. Cómo lo percibe suele ser un hándicap a la hora de planificar y llevar a cabo el tratamiento, ya que influye en el resto de aspectos a trabajar. Si existe una heminegligencia (como se ha explicado anteriormente) tenemos que valorar como es su estática (la colocación de su cuerpo en el espacio). Por lo tanto, es importante iniciar el tratamiento con un alineamiento del esquema corporal para obtener un equilibrado reparto de cargas entre ambos hemicuerpos y hacerle más consciente de su cuerpo y de su posición en el espacio. 

Algunos de los métodos y/o abordajes que utilizamos podrían ser: el trabajo con espejo, balanzas en bipedestación para que sea consciente del reparto equitativo de las cargas de su cuerpo, incrementar la carga sobre el hemicuerpo afecto… 

A menudo, los pacientes que presentan una lesión estructural del hemisferio derecho tienen afectado el correcto funcionamiento ejecutivo. Se verá alterada la percepción a nivel espacial como son las distancias, la orientación espacial, la interpretación de imágenes y en menor medida presentan algunas veces alteración del lenguaje. También puede verse afectación emocional como apatía, depresión y/o labilidad emocional. 

Podemos observar que a pesar de que el área del lenguaje, por ejemplo, se encuentre conservada, es posible que haya alteraciones de esta función de forma indirecta por la dificultad que presenta la persona a la hora de ejecutar varias actividades al mismo tiempo. Se aprecia que suele presentar un comportamiento inconsistente, ya que las habilidades visoespaciales se encuentran deficitarias. Por ejemplo, la actividad multitarea:

  • En bipedestación. Ejemplo: el paciente se coloca sobre dos balanzas, tiene que girarse para coger un aro con el brazo derecho colocado a su izquierda y colocarlo en la pared de su derecha (es un ejercicio estático con interacción de ambos hemicuerpos y control de ambos hemicuerpos). 
  • Dinámico, realizando marcha. Por ejemplo, el paciente lleva en cada mano una pelota de dos colores diferentes, el objetivo es tocar los objetos del lado contrario del mismo color que la pelota de la mano contraria.

En estos ejemplos se juntan todas las áreas descritas anteriormente en las que debemos de hacer hincapié con un paciente con ictus en lado derecho. Son ejemplos, los cuales se pueden adaptar según la gravedad del paciente, pero siempre con el mismo objetivo.

Posibles curiosidades y anécdotas

Los ictus en el hemisferio derecho son menos frecuentes que en el izquierdo.

La fatiga mental es algo que aparece a lo largo del todo el tratamiento, por lo que debemos de ir cambiando de actividades para que el paciente no se acomode y tampoco se aburra.

La medida de las distancias está alterada, por lo que en muchos casos cuando queremos trabajar la marcha y andamos un metro, manifiestan que quieren parar porque están muy cansados debido a que han recorrido demasiado. Es una actividad que en ocasiones es complicada de realizar; son muy importantes los motivadores en estos casos.

El esquema corporal se encuentra alterado y se suelen sentar en una silla girados hacia el lado no pléjico, “olvidando” colocarse al centro y mantener una posición centrada. Esto puede ocasionar mayor desgaste de las sillas en el lado derecho e inclinación del asiento.

Autora: María Jesús Dpo/Terapeuta

Ictus en hemisferio derecho y logopedia

Si el ictus ha afectado al hemisferio derecho, no se producen alteraciones que afecten a los aspectos esenciales del lenguaje salvo que la persona sea zurda, debido al cambio de dominancia cerebral. Sin embargo, con frecuencia se producen alteraciones viso-espaciales, grafo-motoras, en la organización y secuenciación de actividades. 

Una de las alteraciones es la heminegligencia, es decir, la persona no presta atención a su lado izquierdo, lo que puede conllevar a no ser consciente de estímulos en dicho lado, y afectar a la lecto-escritura. En casos graves pueden no llegar a ser conscientes del déficit o incluso no reconocer su propio brazo o pierna.

Las consecuencias más comunes de la heminegligencia que podemos encontrarnos en logopedia son:

  • Comer solo una parte de la comida que hay en el plato o limpiarse solo un lado de la boca.
  • Escribir sin llegar a cubrir el folio en su totalidad.
  • No encontrar objetos, como por ejemplo los cubiertos a la hora de comer aun teniéndolos cerca.
  • Leer solo la mitad de los textos, libros, revistas, documentos, etc. quedando así carentes de significado.

Amusia o aprosodia

Otras de las alteraciones en pacientes que sufren ictus en el hemisferio derecho relacionadas con la logopedia pueden ser la amusia o la aprosodia. 

  • Amusia o agnosia musical, que se produce por el daño de los componentes básicos para la percepción musical los cuales se encuentran en el hemisferio derecho. Este daño produce la incapacidad para percibir la música como tal. 
  • Aprosodia, es la alteración de los componentes acústicos o sonoros del habla, se caracteriza por alteraciones en la intensidad, las pausas, el ritmo, la cadencia y la entonación de las palabras. La aprosodia puede ser motora si la dificultad se encuentra en la expresión de los aspectos sonoros del lenguaje o sensorial si la dificultad se encuentra en la percepción de estos aspectos. La dificultad para percibir o producir estos elementos esenciales en el habla pueden afectar al contenido del mensaje transmitido o recibido.  

El departamento de logopedia se encargará de valorar y tratar la existencia de:

    • Alteraciones en la deglución.
  • Parálisis facial en la hemicara afecta, que en este caso será la contralateral al hemisferio derecho, es decir la hemicara izquierda. Como consecuencia a la debilidad muscular que genera la parálisis facial se puede llegar a observar un patrón de habla similar al que se produce en la disartria, con dificultades en la correcta articulación de las palabras. 
  • Aprosodia.

 

¿Qué dificultades encuentra en su día a día una persona con aprosodia?

Cuando mantenemos una conversación con otra persona, necesitamos la entonación, el ritmo y la coarticulación para que la conversación fluya naturalmente. Así pues, no es lo mismo decir “Vamos a comer niños” con un tono de voz frío y monótono, como es característico en personas con aprosodia, que: “¡Vamos a comer, niños! con una modulación animada.

Como se puede apreciar, las personas con aprosodia, pueden experimentar grandes desafíos en su día a día a nivel social, laboral, académico, etc., debido a las limitaciones para expresarse con sus semejantes. Por todo esto, las aprosodias tienden a generar discriminación y aislamiento social.

Llegada de una persona al departamento de neuropsicología

En el departamento de neuropsicología, cuando llega una persona que ha sufrido un ictus que ha afectado en mayor medida el hemisferio derecho debemos tener en cuenta:

  • las posibles alteraciones visuales y organización espacial
  • orientación temporal
  • la fatiga y los procesos atencionales a la hora de realizar la valoración neuropsicológica y presencia de heminegligencia
  • asegurarnos de que nos comprenden y atienden a toda la información transmitida
  • recabar información con la familia sobre la personalidad antes y después del daño
  • la confabulación, es decir, darle distintas connotaciones a la información, rellenar lagunas de memoria e incluso inventar detalles de un suceso

Valoraciones neuropsicológicas

Las valoraciones neuropsicológicas buscan explorar todas las funciones cognitivas, para obtener un perfil de funcionamiento. Conocer las áreas preservadas y alteradas, nos ayuda a formarnos una imagen de cómo podemos sacar el máximo rendimiento de la persona. 

Durante la exploración, hay pruebas, en la que, para su ejecución, predomina una función y es donde aparecen los fallos. En este tipo de lesión, son aquellas pruebas que miden predominantemente las funciones visoperceptivas, visoconstructivas, visoespaciales, atención sostenida, memoria de trabajo, aritmética y memoria verbal.

Cuando iniciamos las sesiones de rehabilitación, el paciente con lesión en el hemisferio derecho presenta signos que se relacionan con dificultades en la atención, sobre todo en el mantenimiento de la misma, por lo que son pacientes que se distraen con facilidad en las tareas, llegando incluso a abandonar la tarea. El síndrome más peculiar y característico es la heminegligencia. 

A nivel espacial, tienen muchas dificultades en la organización del espacio, lo cual afecta a la realización de actividades como la deambulación, la estimación de distancias a la hora de alcanzar y colocar objetos. El uso del espacio disponible en un folio, por ejemplo, lo juntan todo en una esquina o a mitad de hoja, rotan el folio e incluso lo que escriben, los tamaños de los trazos (letras, dibujos, líneas, etc.) son desproporcionados, o muy pequeños o muy grandes. 

Respecto al comportamiento, hay que tener en cuenta la gran variabilidad que podemos observar en función de la extensión de la lesión, a rasgos generales, manifiestan:

Confabulación, es la evocación de recuerdos erróneos de los que no se es consciente y se toman como verdaderos. Esto puede llevar a una malinterpretación de la información, a mezclar detalles de un suceso, a que otorguen un significado más literal.

Déficit en la conciencia de dificultades, se produce una subestimación o sobreestimación de su capacidad para realizar una determinada actividad. Habiendo casos en los que, dicen que pueden hacer cualquier cosa y otros, en los que son incapaces de hacer algo sencillo, a parte suelen dar más importancia a la recuperación física que a los déficits cognitivos.

Verborrea y egocentrismo, es muy característico que la persona hable sin parar, siendo difícil interrumpir el discurso y apenas tienen en cuenta a la otra persona en la conversación. Otra característica del discurso es que cambian constantemente de tema, muestran una gran tendencia a monopolizar las conversaciones y a repetir la información.

-Otro de los comportamientos se relaciona con la iniciativa, no por falta de ella, sino que les cuesta comenzar una actividad por sí mismos, llegando a necesitar órdenes externas.

También es importante hablar del componente emocional, se produce un cambio en la gestión de las emociones y como resultado puede estar más irritables, diferentes circunstancias les generan molestias, tienden a realizar interpretaciones negativas, dónde los responsables son los demás y expresan quejas constantes.

Todo este conjunto de alteraciones que solemos observar en un paciente con ictus en hemisferios derecho nos lleva a encontrarnos en sesión con situaciones del tipo:

  • Un paciente que podía levantarse de una silla por sí mismo podía estar varios minutos diciendo que no, que no podía, que necesita ayuda y toda clase de ocurrencias hasta que realizaba de repente controlaba su conducta y se ponía en pie. 
  • Otra paciente que el pie del lado afecto lo iba chocando con todas las esquinas que se encontraba por el camino.
  • Una frase muy recurrente en este tipo de pacientes es la siguiente “mi problema no es mental solo tengo dificultades en caminar”
  • Pacientes que creen que su familia o seres queridos le están engañando por malas interpretaciones de situaciones sociales.
  • Cambios radicales en cuanto a su personalidad, de muy positivos a muy negativos, de muy activos a muy pasivos y de muy callados a muy habladores.

Cuando se produce un ictus en el lado derecho del cerebro, lo que ocurre es que se interrumpe la irrigación sanguínea produciéndose un accidente cerebrovascular del hemisferio derecho. El hemisferio derecho en la gran mayoría de las personas se encarga de las funciones del lado izquierdo de nuestro cuerpo.

Consecuencias de ictus en el hemisferio derecho 

La afectación del hemisferio derecho provoca:

  • Problemas en la atención visual.
  • Alteraciones en la memoria visual.
  • Dificultad en el cierre visual.
  • Dificultad con la orientación espacial.
  • Dificultades en el análisis figura-fondo (reconocimiento de caras).

Uno de los síntomas más comunes después de un ictus es la negligencia visual también llamada heminegligencia espacial. Cuando esta se produce, el paciente pierde la atención del lado contrario al que tiene la lesión, es decir en este caso perdería la atención del lado izquierdo. Cuando se trata de una afectación en el hemisferio derecho no son conscientes de estos problemas espaciales.

Aproximadamente el 45% de las lesiones de hemisferio derecho cursan con esta disfunción, hecho que se da debido a que este hemisferio atiende a los dos espacios de manera selectiva.

En uno de los pacientes con esta dificultad se observa como curiosamente al comer, por ejemplo, se deja comida en la parte izquierda del plato o si le situamos los cubiertos o el vaso en su lado izquierdo no era capaz de encontrarlos. Al caminar se golpeaba con las personas que pasaban por su lado izquierdo y se chocaba con los marcos de las puertas de su lado izquierdo.

Uno de los métodos para valorar a estos pacientes es el de dibujo libre y copia, el paciente es incapaz de realizar la copia de todo lo que está situado en el lado izquierdo.

 

Ictus hemisferio derecho

Imagen 1. Imposibilidad de realizar la copia de la parte izquierda del dibujo. Representación de una heminegligencia izquierda.

En la mayoría de los casos ni el paciente ni la familia son conscientes de las limitaciones visuales que puede tener un paciente tras un ictus, por eso es necesario una exploración completa evaluando: Campo visual, agudeza visual, motilidad ocular, visión del color, presencia de negligencia, estado pupilar, entre otras. Y crear un programa de tratamiento individualizado en cada caso.

Dpto de Logopedia: Marina, Inés e Iris

 

 

Ictus en hemisferio derecho – Terapia Ocupacional

Dentro del Departamento de Terapia Ocupacional, cuando llega una persona que ha sufrido un ictus que ha afectado en mayor medida al hemisferio derecho debemos tener en cuenta lo siguientes puntos: (en referencia al caso clínico expuesto)

  1. Realizar una valoración exhaustiva de todas las actividades de la vida diaria (realizando entrevista con el cuidador principal y observación directa del desempeño en la ejecución de actividades como alimentación, vestido higiene personal, baño, transferencias, uso del WC, etc), prestando especial atención a la ejecución y participación del paciente en ellas y las ayudas prestadas durante la ejecución por el cuidador principal. 
  2. Es importante valorar qué tipo de férula u órtesis es la más adecuada para la espasticidad que presenta el paciente (caso clínico expuesto). Y ofrecer una serie de recomendaciones sobre las horas de uso y cómo colocarse/retirarse esta ayuda. 
  3. Facilitar, tanto a la familia/cuidador como al paciente, recomendaciones para el día a día sobre el posicionamiento en cama con cojines/almohadas adecuado, bien sea en horas de descanso como a la hora de dormir. 
  4. Durante la realización de las transferencias (cambios de la silla de ruedas a otro lugar) es importante que éstas se realicen hacia el lado derecho del paciente (lado no afecto). 
  5. Identificar las barreras arquitectónicas, se valorará el entorno personal y entorno material donde el paciente pasa la mayoría del tiempo y se realizarán las modificaciones oportunas ante las dificultades motoras/físicas/sensoriales y posible heminegligencia que presente. 

, Ictus hemisferio derecho

  • En caso de necesitar ayuda para hacer la transferencia con una tercera persona, ésta debe tener especial atención cuando coja al paciente para pasarlo a otro lugar (cama-silla-sofá-wc, etc.). Al levantar al paciente, las manos se colocarán en la espalda de éste evitando coger el brazo afecto y tirar de él, ya que pueden presentar dolor en el hombro. Se tendrá en cuenta al brazo y la pierna afecta una vez que el paciente esté sentado, de forma que evitaremos lesiones mejorando la seguridad de las extremidades. 

 

Qué nos encontramos en una sesión con esta patología

Parte del tratamiento que se llevará a cabo desde Terapia Ocupacional, irá dirigido en el enfoque del re-entrenamiento de las actividades de la vida diaria básicas, tanto al paciente como al familiar/cuidador. A continuación, exponemos algunas estrategias y recomendaciones que pueden realizar para mejorar su día a día. 

  • Baño y ducha: empezar siempre el enjabonado por su lado afecto. Revisar haberse enjabonado ambos lados. Dependiendo de la capacidad de aprendizaje de la persona, se le pueden ofrecer diferentes estrategias, como la imitación, indicaciones verbales o ayudas visuales (una imagen con todo el cuerpo y que vaya siguiendo una guía). Mantener siempre una rutina y realizar la misma secuencia durante la actividad.
  • Higiene personal: evitar colocar los materiales necesarios para cada actividad en su lado menos sano, y ponerlos en una altura media del tronco (su línea media), frente a la persona. Día a día iremos colocando los objetos cada vez más en su lado afecto, si llega un punto en que no ve el objeto, volveremos a colocarlo un poco hacia atrás, más hacia su línea media del cuerpo. De esta forma la persona irá integrando este lado. Al igual que con la ducha, empezará a realizar las actividades siempre por su lado afecto. Ejemplo, cepillado de dientes: colocar la pasta de dientes y el cepillo en medio del lavabo. La persona empezará a realizar el cepillado por su lado afecto y terminará por su lado menos sano.
  • Vestido: empezar a realizar el vestido siempre por el lado afecto, de tal forma que será más difícil no seguir la secuencia dejando sin vestir el lado que omite. Si tiene un espejo y puede ponerlo delante durante la ejecución de la actividad reforzará el aprendizaje del vestido. Si no es posible realizarlo delante de un espejo, cuando termine el vestido irá a verse en uno, para comprobar que ambos lados del cuerpo llevan las prendas colocadas.
  • Alimentación: durante las comidas, colocaremos en su línea media del cuerpo todos los utensilios (cuchara, tenedor, vaso, jarra de agua…) y alimentos de la mesa que necesite, y progresivamente iremos dejándolas más hacia su lado afecto. De esta manera irá tomando conciencia de ese lado.

También nos podemos encontrar con que el paciente era zurdo, por lo tanto, entrenaremos el cambio de dominancia hacia la mano derecha para que aprenda a usar esta mano para la ejecución de actividades cotidianas, tales como: alimentación (manejo de cubiertos, servir alimentos, abrir y cerrar recipientes, etc)

Posibles curiosidades y anécdotas

Algunos pacientes con ictus en hemisferio derecho, pueden que presenten una heminegligencia, ¿Qué es?

La heminegligencia se define como la incapacidad o dificultad para detectar, atender o responder a estímulos presentados al lado opuesto de la lesión en ausencia de problemas sensoriales y perceptivos. Es decir, los pacientes que presentan este síndrome presentan un déficit que afecta al conocimiento que tienen de su propio cuerpo y del espacio del lado opuesto a la lesión. En ocasiones se pueden llegar a comportar como si no existiera la mitad de su cuerpo.

Los pacientes que presentan una heminegligencia, en las actividades que realizan en su día a día se ven afectadas de la siguiente forma:

-Maquillarse la mitad de la cara (lado derecho)

-Afeitarse solo la parte derecha

-Ducha: en el enjabonado y aclarado, olvidan el lado izquierdo

-Alimentación: se pueden dejar la mitad del lado izquierdo del plato sin comer, incluso lo que tengan en su lado izquierdo puede que no lo usen (pan, vaso, servilleta, etc)

 

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