INTRODUCCIÓN
Alteraciones visuales frecuentesEl ependimoma es el tercer tumor más frecuente en la infancia. Este tipo de tumor produce un aumento de presión intracraneal, por lo que en estos pacientes es muy importante prestar atención a su agudeza visual. Pueden presentar una agudeza visual disminuida, debido al papiledema por aumento de presión. Otro de los puntos a los que hay que prestar especial atención es la motilidad ocular. La motilidad ocular son los movimientos que realizan los ojos de manera espontánea y deben de estar coordinados entre ambos ojos, para trabajar de manera conjunta. Las principales alteraciones suelen ser: nistagmos, dificultades en los seguimientos, dismetría en los movimientos de versión y pueden presentar desviaciones. Imagen 1. Versiones. Movimientos binoculares.
En casos avanzados se producen generalmente los siguientes síntomas: papiledema, hemiparesia, blefaroespasmo, nistagmo vestibular. El nistagmo puede aumentar en lateroversiones. Por otra parte, también suelen presentar desviaciones como exotropia monocular con fases de foria cuando el paciente cambia la fijación a cerca.
En otros casos se han observado presencia de fotofobia, epífora y posición compensatoria de la cabeza. Imagen 3. Epífora. Aunque esto último suele ser más raro de encontrar hay que darle importancia, ya que de lo contrario se puede retrasar el diagnóstico de este tumor de fosa posterior. ¿QUÉ NOS ENCONTRAMOS EN SESIONES CON ESTA PATOLOGÍA? Uno de los síntomas que nos encontramos con mayor frecuencia en el caso de ependimoma de fosa posterior son las alteraciones en la motilidad ocular, seguido de visión borrosa, diplopía. Otro de los síntomas que podemos encontrar en nuestras sesiones con estos pacientes es el nistagmo (movimientos rápidos e involuntarios de los ojos). Es de vital importancia realizar una exploración completa, así como llevar a cabo los seguimientos pertinentes para cada paciente. Autor: Estefanía Rodríguez-Bobada Lillo |