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¿Cuáles son los 4 tipos de ictus?

Los diferentes tipos de ictus, también conocidos como accidentes cerebrovasculares, son una de las principales causas de discapacidad y muerte en el mundo. Aunque se trate de una afección común, muchas personas no conocen que existen distintos tipos, cada uno con características, causas y tratamientos diferentes.

La comprensión de los diferentes tipos es crucial para una intervención rápida y efectiva, algo que puede marcar la diferencia en la recuperación de una persona afectada.

En Clínica Uner, somos expertos en el tratamiento de las secuelas neurológicas que puede dejar uno de estos accidentes, y en este artículo te explicamos cuáles son los cuatro tipos principales.

¿Qué es un ictus?

Un ictus es un accidente cerebrovascular que ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se ve interrumpido o reducido, privando al tejido cerebral de oxígeno y nutrientes. Esta interrupción puede ser causada por diferentes razones, lo que da lugar a varios tipos de ictus.

Reconocer los signos de alerta y actuar rápidamente es fundamental para minimizar los daños cerebrales.

Clasificación de los ictus

Existen diversas maneras de clasificar los accidentes cerebrovasculares, y entender esta clasificación puede ayudar a comprender mejor cómo actúan y cuáles son los tratamientos más adecuados.

Los tipos de ictus más comunes se dividen en cuatro categorías.

Ictus isquémicos

El tipo de ictus isquémico es el más frecuente y ocurre cuando un coágulo bloquea una arteria que suministra sangre al cerebro. Puede causarse por la acumulación de placas en las arterias o por un coágulo que se desprende y viaja hacia el cerebro.

Ictus hemorrágicos

En el caso de los ictus hemorrágicos, el accidente ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe y provoca una hemorragia en el cerebro. Este tipo es menos frecuente, pero más letal, ya que la presión ejercida por la sangre en el tejido cerebral puede causar un daño irreversible.

Ictus hemodinámico

Un ictus hemodinámico es un tipo menos común que resulta de una caída drástica de la presión arterial o un fallo en el bombeo del corazón, lo que limita el flujo de sangre al cerebro. Este accidente cerebrovascular puede ser particularmente peligroso por la falta de oxígeno en el cerebro.

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Otros tipos raros de ictus

Existen otras clases de accidentes, como el ictus isquémico transitorio, que es un episodio temporal de síntomas que desaparecen en pocas horas. Aunque sus efectos no son permanentes, es un indicador de que se podría estar en riesgo de uno más severo en el futuro.

Causas y factores de riesgo de los diferentes tipos de ictus

Los diferentes tipos de accidentes cerebrovasculares tienen factores de riesgo en común, como la hipertensión, la diabetes y el colesterol elevado. Otros factores incluyen el tabaquismo, el sedentarismo y la genética. Aun así, cada tipo de ictus puede tener desencadenantes específicos, por lo que es esencial conocer los antecedentes familiares y mantener un estilo de vida saludable.

Síntomas y signos de alerta

Los síntomas de las diferentes clases de ictus pueden variar dependiendo del tipo que se esté presentando, pero hay algunos signos de alerta comunes:

  • Pérdida repentina de fuerza en la cara, brazo o pierna.
  • Dificultad para hablar o entender.
  • Problemas de visión en uno o ambos ojos.
  • Mareos o pérdida del equilibrio.

Ante la aparición de estos síntomas, es vital acudir a un servicio de emergencias cuanto antes, de la rapidez de la intervención dependerán en gran medida las secuelas que este accidente puede dejar en las personas que lo sufren.

Diagnóstico del ictus

Llegar a un centro médico dentro de las primeras horas después de que se presentan los síntomas es crucial. Cuanto más rápido se actúe, mayores son las posibilidades de reducir las complicaciones y mejorar las probabilidades de recuperación.

El diagnóstico del ictus se basa en una evaluación clínica exhaustiva por parte de un especialista y en la realización de pruebas de neuroimagen, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM). Estas pruebas permiten identificar con precisión el tipo de accidente y la zona afectada del cerebro.

Además, pruebas complementarias como el doppler transcraneal o el ecodoppler de los troncos supraaórticos se utilizan para evaluar el flujo sanguíneo en las arterias que alimentan el cerebro, ayudando a confirmar el diagnóstico y planificar el tratamiento adecuado.

Tratamientos disponibles para cada tipo de ictus

El tratamiento varía en función del tipo accidente cerebrovascular sufrido y de la rapidez con la que se reciba atención médica. En los casos de origen isquémico, los medicamentos trombolíticos resultan cruciales para disolver coágulos, siempre que se administren en las primeras horas. También se recurre a anticoagulantes y antiplaquetarios para prevenir futuros episodios.

En los casos hemorrágicos, el enfoque es distinto. El objetivo es detener la hemorragia y reducir la presión en el cerebro. En ocasiones, es necesaria una intervención quirúrgica para reparar vasos sanguíneos o drenar sangre acumulada.

Además de los tratamientos médicos, es esencial abordar las posibles secuelas. Estos efectos pueden influir en el habla, la movilidad y la cognición. Aquí las terapias de rehabilitación son fundamentales. En Clínica Uner, diseñamos programas individualizados que incluyen fisioterapia, logopedia y terapia ocupacional, para ayudar a mejorar el equilibrio, la movilidad y la capacidad para realizar actividades cotidianas, ofreciendo a los pacientes una mayor autonomía y calidad de vida.

Preguntas frecuentes sobre los tipos de ictus

A continuación, respondemos a algunas de las preguntas más comunes sobre los diferentes tipos de ictus.

¿Cuál es el tipo de ictus más común?

El más común es el ictus isquémico, que representa aproximadamente el 85% de todos los casos. Este tipo ocurre cuando un coágulo bloquea una arteria y detiene el flujo sanguíneo al cerebro.

¿Cómo se diferencia un ictus isquémico de uno hemorrágico?

Mediante el uso de neuroimágenes. En el ictus isquémico se observa un bloqueo en las arterias, mientras que el hemorrágico la ruptura de un vaso sanguíneo.

¿Qué hacer si se sospecha de un ictus?

Si se sospecha de un ictus, es fundamental actuar rápidamente. Llama a los servicios de emergencia de inmediato y procura mantener a la persona afectada en una posición cómoda. El tiempo es crucial para evitar daños cerebrales irreversibles.

¿Cuáles son las secuelas más comunes tras un ictus?

Las secuelas varían según el tipo de ictus y su gravedad. Algunas de las más comunes incluyen dificultades motoras, problemas de habla y trastornos cognitivos. La rehabilitación es clave para mejorar la calidad de vida.

¿Es posible prevenir completamente un ictus?

Aunque no es posible prevenir completamente un ictus, sí se pueden reducir los riesgos al mantener un estilo de vida saludable, controlando la presión arterial, evitando el tabaco y realizando chequeos médicos regulares.

 

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